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Foto del escritorJuan Pablo Preiti Mangieri

Actualizado: 9 nov 2021

Este Octubre se han cumplido 3 años del nacimiento "oficial" de Pompas & Pompones, y como muchos hacemos en aniversarios señalados, (espero que lo hagáis muchos, para no sentirme solo en esto, jeje), toca mirar atrás, hacer un repaso de lo vivido hasta aquí, valorar, evaluar, para poder mirar al presente a los ojos, y estar abiertos a lo que el futuro nos depare.



Entonces, cuando echo la vista atrás, lo primero que pienso es en cómo surgió lo que desde lejos puede ser una difícil decisión, para mí nunca ha sido así. Porque se dio de una manera natural, y con unas ganas increíbles de que pasara. Alguna vez me han hecho la pregunta: ¿Te arrepientes? En lo más mínimo.

Pero, si elegí esto no era por pensar que sería fácil.

Empezar este camino solo, esta claro que es difícil.


Solo me refiero, a sin una empresa por detrás, u otros compañeros. Porque en realidad, hubo gente que me apoyo y me ayudo bastante para empezar a andar, algunos con pequeños comentarios, charlas, consejos, otros abriéndome las puertas de su casa, otros estando, y por supuesto la familia aguantando y apoyando)


Recuerdo mi último día de trabajo antes de comenzar este camino, en la que un "jefe" me dijo: "Uhh, vas a ser autónomo... ahí se trabaja de verdad". (Me dio ganas de decirle, y ¿y aquí no?).

Lo que él no sabía, ni sabe, ni sabrá nunca, es la satisfacción de hacer algo para ti y los tuyos. De que tus éxitos son tuyos, y tus fracasos también.

Antes, los éxitos casi nunca eran propios, (siempre hay alguien dispuesto a adjudicárselos), y los fracasos eran propios, los tuyos y los de los demás, (nunca son de nadie).

Con esa alegría y satisfacción de hacer las cosas para mí mismo nació este proyecto. Ahora mis espectáculos, serían míos.


Miro atrás aquel primer espectáculo, en una escuelina de Gijón, y nada tiene que ver con lo que hago hoy. Por suerte, existió ese espectáculo. No voy a renegar de él. Fue la piedra fundamental de todo.

Por suerte, me enfoque en los objetivos. Que quería de mis espectáculos.

Llevaba muchos años viendo a grandes artistas, analizándolos, aprendiendo, pero yo sentía que quería algo distinto para lo que iba a hacer.

Quiero contar historias. Sí. El jabón que sea un medio, increíble, mágico, fantástico, pero un medio. Una pompa de jabón es efímera. Nace, vuela, se rompe. Pero las historias no.

Esta era una forma de darle vida a esas pompas vacías. Llenarlas, eso. Vamos a llenar esas burbujas de historias.

Y así fui haciendo mi camino, con nuevos desafíos, disfrutando de contar historias con pompas. Escribiendo muchas, aunque no todas vean la luz, pero esa parte del proceso la disfruto mucho.


Ese instante en el que surge una idea, en el momento menos pensado, y mi familia piensa que estoy loco. Y me siento, intentó darle forma a esa idea. A veces surge algo bonito, otras no tanto. Algunas quedan olvidadas, pero por arte de magia, con el tiempo resurgen. Otras nacen más torcidas, y se enderezan más adelante. De repente surge una nueva idea, y se me da por ilustrarla. O un espectáculo, que solo hice dos veces hace dos años, pero es momento de que resurja. Lo actualizamos, lo limpiamos, y en este aniversario nos ha regalado unos momentos increíbles, en lugares preciosos, rodeados de cariño, afecto, calor, aplausos, y magia, mucha magia.


Este soy yo, en relación con mis espectáculos. Pero es la vida misma.

Intento disfrutar cada proceso. A veces hay cosas más bonitas que otras, algunas quedan olvidadas, otras vuelven. Otras se transforman. Pero todas son parte del camino, e igual de importante unas que otras.

Y cuando todo ese proceso avanza, salgo a escena, a contaros, a compartir esas pompas llenas de historias, y ese es el momento en el que sientes que este proceso ya no es solo tuyo, sino de todo aquel que está allí, dispuesto a escuchar, a ver, a sentir, y a disfrutar.

Y después de eso creeréis que es un vacío. Pues no.

Porque esos momentos nos dan una fuerza, una energía, unas ganas increíbles, de seguir creyendo, creciendo, creando, y, sobre todo, compartiendo nuestra vida.


Gracias a los que compartisteis algo de estos 3 años, porque sois parte ya de nosotros. Bienvenidos a los que recién llegáis, y os espero con los brazos abiertos a los que vendrán.







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Foto del escritorJuan Pablo Preiti Mangieri

Después de tanto tiempo parados, volver a subir seguido al escenario, se disfruta el doble. De hecho he comenzado a disfrutar de situaciones que antes las miraba de reojo.


En general, el público, no sabe o no se imagina el trabajo que hay detrás de esos momentos vividos. No se para a pensar, cuanto tiempo ha dedicado a elaborar cada número, a trabajar un movimiento, estudiar unas palabras, fabricar un material, o cualquiera de las cientos de cosas que lleva un espectáculo como equipaje.


Si hoy estoy escribiendo esto, es porque en las últimas semanas hemos vivido experiencias increíbles, en diferentes tipos de escenarios, de públicos totalmente diferentes. Y, muchas veces, no somos conscientes si el mensaje llega.

Pero estos días, nos han demostrado que, tal vez, más gente de la que creemos, valora o descubre todo lo que hay detrás.

Cuando creamos un espectáculo, obviamente que las pompas son protagonistas, pero nos gusta creer que son un medio. Son nuestro medio para dejaros algún mensaje, y no quedarnos en la belleza o en lo hipnótico de una pompa.

Nos gusta romper un poco esa "burbuja", donde podríamos estar muy cómodos, pero no estaríamos siendo fieles a nosotros, ni a lo que creemos. Por eso, cada creación lleva algún mensaje, alguna reflexión.

El problema es que nunca sabes si llegas adonde quieres llegar, o si realmente a alguien le interesa llevarse algo cuando solo "han ido a ver pompas".

Pero estas últimas semanas, hemos recibido mensajes, detalles, de público que nos demuestra que sí, que llega, que es posible. Que no debemos desviarnos, ni caer en lo simple, en lo "cómodo".

Sabemos que es imposible llegar a todo el público de la misma manera, pero con alcanzar a algunas, de todas las personas que pasan por delante nuestro, ya habrá valido la pena.

Estas cosas nos inspiran a seguir adelante, y en estar pensando, en nuevos retos, en historias nuevas que contar, y por supuesto, miles de pompas por crear.

Sabemos que nuestros espectáculos no van a cambiar el mundo, pero que pueden ser un granito de arena, para que por lo menos durante un rato, ese mundo sea un lugar mejor.


A veces, el público, no sabe que darnos una palabra, un gesto, un detalle, un comentario, puede hacer que nuestro mundo, también, se vuelva un lugar mejor. Que nos ilusiona, nos motiva, nos conduce, nos guía a seguir adelante, a no pararnos, y a ser felices, para luego intentar devolver esa felicidad en forma de burbujas.

Os lo he dicho alguna vez aquí también, no dudéis en dejarnos unas palabras, un comentario, o lo que os apetezca, porque para lo que unos es un pequeño gesto, para otros puede ser la energía justa para no parar, para seguir creciendo. Y esto no lo digo solo por mí. Practicarlo con todo el mundo, nunca sabes cuando ese pequeño gesto puede estar ayudando a una persona, que se encuentra en una situación complicada, triste, sola, o simplemente que necesite saber que hay alguien ahí. Y eso, es compartir la vida. Y la suma de muchos de esos gestos, SÍ, pueden hacer de este un mundo mejor.


Y como os digo en Un Viaje por Jabón: " el mejor lugar es aquí y ahora, disfrutad".







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Foto del escritorJuan Pablo Preiti Mangieri

Nuestro espectáculo Un viaje por jabón, acaba con una reflexión, acerca de vivir en el aquí y el ahora... Siempre.


Vivir en el pasado nos mantendrá atados, lastrados, inmóviles. Vivir en el futuro, en el como será, o también, "en el que hubiese pasado si", nos aleja de las cosas importantes. De lo que sucede alrededor nuestro.

El tiempo pasa, y eso, no lo podemos cambiar. Pero, la vida no se trata de pasar el tiempo. Se trata de estar en ese tiempo. En el momento que nos toca, con quien nos toca vivirlo, estando presentes, activos. Compartiendo, disfrutando, luchando.

Justamente hoy, hace 16 años que pisé definitivamente esta tierra, la tierrina. 16 años, pero tengo la sensación de que no ha pasado tanto tiempo, y a la vez de que llevo aquí toda la vida. Es el tiempo es tan relativo...

Por lo que os decía antes, no suelo mirar demasiado atrás. Si lo hago, es para recordar, momentos, personas, olores, pero desde el cariño, desde el simple recuerdo, no desde el, "y si"... o desde "todo tiempo pasado fue mejor". Porque quiero vivir aquí y ahora.

Porque un día cierras los ojos, con un capullo entre las manos, y si no estás aquí y ahora, cuando los abras solo verás una mariposa volando a lo lejos.

Hoy en día, donde las distracciones pueden ser muchas, la idea de que el pasado fue mejor, el futuro es incierto, lo mejor que podemos hacer es disfrutar cada segundo. Compartir con personas que queremos, con las que estamos a gusto. Centrarnos en las pequeñas cosas del día a día, que al final, es lo que marca nuestro aquí y ahora.

No dejes cosas por hacer, y no hablo de sueños ideales, como saltar en paracaídas o alguna vez estar en el Gran Cañon, (esos pueden ser sueños, objetivos), hablo del día a día. No dejes esa conversación pendiente, no dejes de jugar ese rato con tus hijos, no dejes de dar ese abrazo que puedes dar hoy. Porque si no lo haces aquí y ahora, no sabes si más adelante esa oportunidad volverá. Y tal vez estés a punto de saltar con ese paracaídas, y recuerdes a esa persona que ya no está, y que pena no haberla abrazado esa última vez.

Hoy, 16 años después, puedo mirar atrás y ver mis decisiones. Las hubo buenas, muy buenas, y malas, muy malas, pero todo eso, hizo la persona que soy. Cuando aterricé en ese pequeño aeropuerto junto al mar, no me imaginaba todo lo que vendría después, porque estaba centrado en ese aquí y ahora. Aunque era mucho lo que dejaba atrás y sin pensar demasiado en el futuro, aquí llegué.

16 años después, la vida ha cambiado mucho. ¿Siempre se puede estar mejor? Puede ser. No me obsesiona. De lo que sí estoy convencido, es que no hay un punto de llegada en el que digamos, esta es la felicidad, bienvenidos.

La felicidad es vivir pequeños momentos, cada día, con los tuyos, contigo mismo, subir a un escenario a compartir con un montón de desconocidos que durante una hora son los tuyos, y tú eres de los suyos, una charla, un juego, un silencio, unas risas, un ensayo, un proyecto, sueños compartidos, pero que no se os olvidé de estar presentes. Si juegas con tus hijos, juega. No estés pendiente de un teléfono, de una tele, o hablando con alguien. Cuando un niño te invita a su juego, y decides entrar en su juego, hazlo de verdad, porque es su aquí y su ahora. Y él o ella, será feliz porque es "su" momento, que no volverá, pero que feliz fue. Y con ello construyes su felicidad, y la tuya.


Las pompas de jabón, no duran demasiado tiempo. Lleva mucho tiempo de preparación, de encontrar maneras bonitas de hacerlas, para que luego en segundos desaparezcan.

Cuando las hago, disfruto al máximo ese momento en el que vuelan, o crecen sobre una mesa, aún sabiendo, que en unos segundos habrá volado, o explotado.

Pero como en la vida, estaré feliz, porque he dado todo de mí a esa burbuja, para que brille y seamos felices juntos en esos momentos. Y por supuesto, compartir esa felicidad con el público es una sensación maravillosa.

Si has llegado hasta aquí, gracias. Porque en los tiempos que corren, donde todo va de prisa, todo lo que lleve más de 140 caracteres, es un compendio; que te hayas molestado 2 minutos en leer estas palabras, para mí será uno de esos pequeños momentos que construyen día a día la felicidad. Si lo has hecho, me gustaría saber que lo has hecho, y si quieres me lo puedes hacer saber de la manera que tu quieras, que será agradecida en todas sus formas.

Gracias por estar aquí y ahora.








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Mi Burbuja

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